Para los niños sevillanos, la moda flamenca es algo que está presente en sus
vidas desde la infancia, siendo un proceso de cambios y evolución que va a la
par del crecimiento de cada uno.
La moda flamenca en niñas pequeñas es un juego, un disfraz, algo especial para una semana distinta: los trajes de flamenca de las niñas se convierten en el nuevo uniforme para ir al cole. Las
sevillanas en el juego del recreo y las manualidades para hacer flores de papel
o abanicos son las únicas tareas en las aulas. Los niños se visten de corto o
juegan a los caballos, sueñan y esperan ansiosos ir a la calle del infierno e
incluso muchos no llegan muy bien a entender el por qué de tanto lío con esto
de la feria.
Pero no hay niño en la ciudad del Guadalquivir que no sepa
lo que es ir andando con un algodón de azúcar o llevar a cabo la misión de
convencer a sus padres para ir otro día más a los cacharritos. Las niñas se
dejan llevar entre volantes y música e interpretan a su manera las distintas
sevillanas y rumbas, convirtiéndose en las protagonistas de todas las casetas.
Y es que la moda flamenca, no entiende de edades, ni tampoco
de géneros o colores. Solo entiende de arte, de cultura, de infinitud de formas
y de diversidad en la creación.